domingo, 27 de abril de 2008

En defensa de la Democracia

DISCURSO PRONUNCIADO POR LA DIPUTADA NACIONAL SILVANA GIUDICI EN LA SESION DEL DIA 23 DE ABRIL DE 2008
Sr. Presidente (Fellner).- Tiene la palabra la señora diputada por la Capital.

Sra. Giudici.- Señor presidente: adelanto nuestro voto afirmativo en el entendimiento inmediatamente debe procederse al desafuero del ex comisario Patti.

Junto con algunas diputadas que en el año 2006 impedimos con nuestro voto la incorporación del ex comisario a esta Cámara reflexionábamos en el sentido de que debíamos priorizar la coherencia de aquel pronunciamiento actuando rápidamente en este trámite ‑obviamente sujetos a la Constitución, como debe ser en un Estado de derecho‑, y haciendo lugar, en consecuencia, a la petición formulada por el juez federal de San Martín. Patti debe ser desaforado, no tiene que contar con la inmunidad de arresto y debe continuar con el proceso hasta que efectivamente sea condenado.

Con la señora diputada Storni ‑quien asumió en este período‑ reflexionábamos acerca del porqué de este trámite en este momento. Basta con mirar lo que ocurrió en estos dos años. Aquellos que en 2006 decíamos que Patti no debía ser incorporado sosteníamos que las causas serían reabiertas y que se comprobarían los crímenes a él imputados; finalmente esto sucedió así, y Patti está procesado en la causa en que se funda el juez Suárez Araujo para formular su pedido.

Esto no es casualidad; debe quedar en claro que Patti no está sometido a un proceso de desafuero por haber incurrido en algún delito común. Es un torturador confeso, conformó parte del aparato represivo del Estado, la policía bonaerense de Camps, y de aquellos que perpetraron los peores crímenes en la Argentina. De esa persona estamos hablando.

Ahora el ex comisario se ampara en recursos constitucionales y apela a la Corte mediante un escrito, mientras antes hablaba a través de la picana. Es bueno que señalemos esto porque si no estaríamos incurriendo en algún rigor o tecnicismo jurídico cuando en realidad nos referimos a una persona que es responsable de esos crímenes.

En modo alguno estamos discutiendo si la Corte tiene competencia para emitir determinado fallo; creemos en la división de poderes y está muy bien que entienda, en un fallo dividido, que esta Cámara se excedió en su competencia. Sin embargo, no discutimos acerca de eso. Hoy simplemente estamos considerando un pedido de desafuero, al que haremos lugar; votaremos de manera expedita, como corresponde, y Patti gozará de todas las garantías procesales, tendrá asegurada su defensa en juicio y en el mejor de los casos –como corresponde en un Estado de derecho‑ recibirá un castigo, infinitamente más piadoso que el sufrimiento de las víctimas que murieron en sus manos.

Por lo tanto, no estamos incurriendo en ninguna exageración ni nos excedemos en nuestros poderes. Esta Cámara tiene competencia para definir si un ciudadano procesado por los crímenes más aberrantes puede sentarse aquí, en la casa de la democracia, a dirigir el destino de los argentinos.

Dicho esto, no puedo dejar de señalar que desde esta fuerza política nada tenemos que ver con represores como Patti. Así lo señalamos durante la campaña de recuperación democrática en 1983 al decir que había que juzgar a los represores y genocidas. Encabezamos un proceso histórico que posibilitó el juzgamiento de las juntas. En consecuencia, es importante señalar que hoy nos hallamos frente a esta situación porque una fuerza política incluyó a Patti en su lista priorizando lo electoral antes que su idoneidad moral.

Votamos con el absoluto convencimiento de no haber tenido nada que ver en la postulación de Patti.

Del mismo modo que digo esto debo también hacer una reflexión, sobre todo para el oficialismo, porque hace dos años, el 8 de mayo de 2006, presentamos un proyecto en esta Cámara para que nunca más estemos en esta situación de tener que definir aquí si un represor puede o no integrar este cuerpo, si un represor puede o no acceder a un cargo electivo o ejecutivo en la República Argentina, cualquiera sea el su ámbito, municipal, provincial o nacional.

El oficialismo no quiso debatir este proyecto que desde hace dos años tiene estado parlamentario. Se trata de la modificación a la ley de ética pública.

¿Por qué no se hacen las cosas de fondo? ¿Por qué no tratamos con madurez política los proyectos que van a mejorar la calidad institucional en la Argentina? ¿Será porque estos proyectos se plantean desde la oposición?

En esto no debe haber divisiones sectoriales; es una cuestión de conciencia. Patti es un torturador confeso y –como dije antes‑ responsable de montar un aparato represivo a través de la policía bonaerense que integró. La propia policía de Camps lo sumarió trece veces; es decir que era de sus elementos más efectivos en la metodología ilegal, la aplicación de la tortura, la picana y la desaparición de personas.

Con esto quiero decir ‑y de esta forma termino‑ que vamos a votar por el inmediato desafuero del ex comisario Patti, pero también pedimos madurez política, reflexión y diálogo, porque esta es la casa de los consensos; debemos construir esos consensos.

Votemos la modificación a la ley de ética pública, cualquiera sea el proyecto que se elija, pero hagámoslo para que nunca más en la Argentina discutamos la incorporación de un represor a una conducción parlamentaria o ejecutiva. (Aplausos.)